Coming-out intelectual


El coming-out intelectual

Es inevitable, cada Cebra se lo pregunta al menos una vez en su vida y sin embargo esta pregunta siempre da angustia.
¿ Debo hacer o no mi coming-out intelectual? 

De esta cuestión sencilla en apariencia sin embargo surgen otras preguntas más complejas, incertidumbre, dudas y vacilaciones. 

Sin embargo, se debe preguntar primero:
- ¿a quién puedo decirlo? 
- y finalmente, ¿para qué? 

En efecto el enfoque no será el mismo si se lo explicamos a una amiga, a nuestra pareja, a un familiar o a un compañero de trabajo. Lo que está en juego  es diferente en función del interlocutor. De la misma manera, las expectativas que esperaremos de sus padres no serán las mismas que las que tendremos con el resto de la familia, de la pareja o de alguien con el que tenemos una relación menos cercana. De eso nace una dificultad suplementaria. 

Supone siempre empezar de nuevo a explicar con muchos detalles, (sin ellos no hay  explicación clara), de toma de riesgo (entonces decepciones potenciales...), de lucha contra estereotipos y prejuicios vinculados a la superdotación (superdotación que fascina o inquieta). 

Finalmente, no es fácil y creo que es imposible responder a esta cuestión de manera categórica. El contexto y la historia personal de cada uno pueden influir sobre el resultado y las consecuencias. 
Consecuencias que, os recuerdo, podrían ser importantes, tanto positiva como negativamente (¡lo que es más problemático!). 

Añadiré que el coming-out intelectual no tiene el mismo alcance dependiendo de si Cebra (cebra adulta) o de una Cebrita (cebra niñ@).  
Por tanto cuidado con las repercusiones que podría tener un coming-out en la vida cotidiana de un niño, en sus actividades, en sus relaciones sociales, etc.
Las ideas adquiridas se deshacen difícilmente y las envidias se traducen a menudo en pequeñas reflexiones acerbas, a veces muy crueles e injustas.  

Por esas múltiples razones se deben sopesar los pros y los contras  cuando se trata de un coming-out "relacional" (en el ámbito familiar o relativo a los amigos) y no precipitarse cuando se trata de un pequeño AACC (Altas Capacidades). 

El apoyo que esperamos encontrar, de manera  legítima en una amiga en la que tenemos confianza, por ejemplo, podría de repente transformarse en una especie de enfrentamiento y competición, por el hecho de que ella no hubiera entendido la razón de este coming-out. Se sentiría reprendida, rebajada, y, en el caso de que se tratase de un niño, haría muy rápidamente un paralelo entre su progenitura y la vuestra, lo que percibiría desgraciadamente como "superior". 

Este enorme malentendido (sin hablar de la cantidad de imágenes "clichés" que vienen manchar la noción de superdotación...) saldrán muchos más daños que apoyo y comprensión. 

Para resumir, lo que concierne al coming-out en el ámbito de las relaciones privadas y/o profesionales, hay que tener en cuenta cada caso es único y merece una reflexión individual profunda. Sin embargo, en el coming-out en el ámbito escolar, desde mi punto de vista supone hablar del tema de una manera más general. 

Personalmente, pienso que es necesario de comunicárselo a los profesores Y al director de la escuela, para permitir a su hij@ tener las mayores posibilidades de evolucionar a su propio ritmo. Pero también porque es importante explicar, documentar para combatir estos prejuicios que a menudo están muy presentes en la mentalidad de la sociedad.

Estando callados las cosas no cambiarán. 
Ahora bien eso concierne directamente al personal escolar  y las cosas solucionan cuando se sabe de qué se trata exactamente. 

Debemos dar a los profesores la oportunidad así que los recursos de rectificar los "a priori" que pueden eventualmente expresar con respecto a los niños superdotados (que tienen MUY probablemente...para ser honesta). Unos a priori que tienen desde muchos años en su inconsciente. 

Por supuesto, en este caso como en otros (coming-out ante un familiar, un amigo etc) la buena comprensión resulta la manera de presentar las cosas, cierto, pero también y sobre todo de la buena voluntad de su interlocutor. La amplitud de miras y la curiosidad intelectual no dependen de los argumentos de la persona que explica sino del locutor en sí mismo, de su manera de considerar un tema globalmente desconocido y  del que piensa quizás conocer lo esencial.  

Ahora bien no podemos nunca predecir cuál será la reacción de alguien frente a un tema tan peculiar, tema que tiene siempre detrás de él, una terrible cruz, la sombra inquietante del replanteamiento de la igualdad de oportunidades. 

Hablamos de la igualdad de oportunidades... ¿Existe una verdadera igualdad de oportunidades al nacer? Es utópico y muy ingenuo querer creerlo...

¿Qué igualdad existe entre un niño deseado y que tiene cariño, y un niño maltratado físicamente o intelectualmente, rechazado por su familia y/o dejado a su libre albedrío la mayor parte de su tiempo? 

¿Qué igualdad hay entre un niño nacido en una familia que tiene dinero, que tiene acceso a la cultura, que vive en un ámbito tranquilo y estimulante, y un niño que vive en un barrio frágil donde la violencia está en todas partes, que vive en una familia que tiene dificultad para pagar las facturas y alimentarse, y donde la única actividad posible es la televisión? 

¿Qué igualdad existe entre un niño que nació en Sudán y afectado por el virus del SIDA que morirá antes cumplir los 10 años por falta de cuidados y un niño que nació en un país industrializado, que incluso si no nació en una familia con un alto nivel social, podrá vivir con una buena salud hasta los 80 años? 

Me parece que la igualdad no existe y nunca existirá. 

Porque las diferencias de ámbito, de riqueza, de país (por nombrar sólo estas) son tantos factores no modificables que seguirán siendo una realidad palpable, marcando siempre grandes diferencias en la situación personal de cada uno. No se necesita abordar la cuestión del coeficiente intelectual para poner de relieve las desigualdades y las injusticias que se establecen entre los individuos a partir de su nacimiento. 

La negación de la superdotación, para no manchar la idea de las oportunidades, es muy hipócrita y desfavorece al final a los niños superdotados que necesitan ser aceptados y reconocidos como tal. 

Está admitido hacer el máximo para intentar mejorar lo cotidiano de cada persona cuando hay sufrimiento, entonces ¿por qué los jóvenes con altas capacidades intelectuales no podrían tener ellos también el derecho de vivir su diferencia en plena quietud? 

Dar la posibilidad a su hijo de que crezca a su ritmo, es una forma de restablecer la igualdad de oportunidades. ¿Por qué razón las capacidades y la curiosidad de un niño con alto o muy alto potencial deberían estar sacrificadas al vegetar y luego apagarse en una clase que no corresponde a lo que necesita el niño? 

¿Se le debería frenar con el pretexto de no molestar a los otros niños? ¿Negar y esconder una diferencia intelectual y decir en todas partes que todos somos iguales para no herir a nadie? 

Tal como la percibo, la igualdad de oportunidad debe de ser considerada de manera positiva, es decir una posibilidad para cada uno de percibir la escuela como un lugar digno de interés, donde aprendemos y descubrimos muchas cosas. De esta manera, ofrecemos entonces realmente a cada niño la oportunidad de tener ganas de aprender en la escuela. 

Permitir a los niños superdotados avanzar más rápido no supone para nada un insulto hacia los otros niños quien ellos, son en la norma! No se trata de dar "más oportunidades" a los AACC, sino otorgarles las mismas oportunidades que a los demás, es decir sentirse bien y estimulados. Tener el sentimiento de estar a su sitio, en un ámbito que favorece y enriquece su apetito cerebral natural. 


Es por eso que es imperativo a mi parecer compartir con los profesores las particularidades de su hij@ "fuera de las normas" y hacer lo que se puede para hacer entender a los profesores lo que está realmente en juego con esta diferencia. Es en mi opinión, la única manera de dar la oportunidad a su hijo de ser entendido. 
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