Adultos superdotados: ¿cómo reconocerles?
La página "lexpress.fr" publicó a finales de enero de 2014 un artículo titulado "Adultos superdotados: ¿cómo reconocerles?" y escrito por Yvane Wiart; catedrática en psicología en la universidad Paris Descartes.
Adultos superdotados: ¿cómo reconocerles?
Hipersensibles, ansiosos, perfeccionistas... Los superdotados adultos son a menudo en desajuste a pesar de sus esfuerzos para camuflarse en la población. Aquí se
muestran algunas claves para entenderles mejor.
El superdotado tiene tendencia a desarrollar un "falso self", es decir una falsa personalidad lo más cercana posible a la norma que le sirve como "fachada" para integrarse
mejor en la sociedad.
Seguro que tienes personas superdotadas a tu alrededor, pero no las identificas como tal. Sin duda conoces a alguien que te fascina por sus
conocimientos, te cautiva por su energía y su impertinencia, te exaspera por las largas explicaciones llenas de detalles o te interrumpe con preguntas que parecen no venir
a cuento.
Quizás estás intrigado, al contrario, por el silencio de alguna persona de tu entorno. Te parece curioso que no participe en la conversación, pero su mirada hacia los
interlocutores y sus oportunos comentarios te indican que la sigue con interés.
Hay también seguro en tu entorno un quejica empedernido, que nunca está contento, ni con él-mismo, ni con los demás, ni con el funcionamiento del mundo, a
quien le parece que la gente no entiende nada, que nos dirigimos al fracaso y que si siguiésemos sus ideas, ciertamente todo iría mejor. No cabe duda que conociste a
alguna persona que te pareció hipersensible, muy preocupada por temas alejados de lo cotidiano, que vive, a tu entender, con demasiada ansiedad su día a día,
está ansiosa con respecto a lo que vive y que en su lugar no te preocuparías tanto, a alguien que te dice a menudo que no va a conseguirlo y que parece
complicarse excesivamente la vida buscando un perfeccionismo, a tus ojos, excesivo.
Unos adultos molestos:
Resumiendo, los superdotados no sólo son niños que llaman la atención cuando tienen dificultades escolares incomprensibles cuando se ve su potencial. Son también
unos adultos que viven a menudo en desajuste, tanto en su universo profesional como personal. Pero ¿son ellos los que se excluyen o se marginan por su gran
sensibilidad, su sentido imperioso de la justicia, su rechazo ruidoso de la hipocresía y de los falsos pretextos, su silencio frente a lo absurdo de las cosas o sus
sarcasmos cuando ya están hartos de caerse? ¿O son los demás que, como no funcionan con el mismo plan, tienen las mayores dificultades para integrarlos, para
aceptar su diferencia y no hacerlos sentir infravalorados?
Sin embargo, hacen todo lo posible para ser como los demás
El gran problema de éste, que le atormenta desde la infancia, es, en efecto, intentar al máximo actuar como todo el mundo, y no mostrar su inteligencia, teniendo actitudes
tontas para así sentirse aceptado por sus compañeros.
De ahí su tendencia a desarrollar un "falso self", es decir, una fachada que integra al máximo la norma, la de la educación familiar, la de la escuela o la de las
relaciones con los demás, como las percibe. Pone todo su talento en eso, y es únicamente en caso de fracaso evidente que se refugia en la agresividad, en el ensueño, en el
mutismo o en comportamientos auto-destructivos, como reacción a un mundo que no le entiende y que tampoco parece entender todos los esfuerzos que hace para
adaptarse.
Por Yvane Wiart, autor de L'attachement, un instinct oublié (Albin Michel, 2011) y de Petites violences ordinaires: la violence psychologique en famille (Courrier du
Livre, 2011), Stress et cancer: quand notre attachement nous joue des tours (DeBoeck, 2014), investigadora en psicología en la Universidad Paris Descartes.
|
Écrire commentaire
Antonio de Haro Millan (samedi, 30 avril 2016 12:01)
Si, vale, y ahora que ?.
Soy superdotado lo se desde pequeño, tengo 60 años, en esta sociedad que busca la igualdad y cree que eso es lo mejor sera difícil que nadie destaque, somos anomalías del sistema. Menos mal que, por ser muy inteligentes, también entendemos que destacar no da la felicidad, de forma que si no nos sacáis partido.... vosotros os lo perdéis...